El aceite de Macadamia es uno de los componentes más utilizados en la formulación de champús y mascarillas del pelo para darle ese brillo natural tan deseado. Sin embargo, lo que se desconoce más es que también puede ser muy beneficioso para nuestra piel, dejándola suave e hidratada.

Tiene muchas similitudes con el aceite de Jojoba y algunas con el de argán, no solo como ingrediente para hidratar el cabello, sino porque también se extrae de un pequeño arbusto. El aceite de Macadamia se consigue al prensar los frutos del árbol de Macadamia, que puede llegar hasta los 12 metros de altura.

aceite de macadamia

Nueces de Macadamia: Los frutos lujosos de este árbol

Seguro que alguna vez has oído hablar de las famosas nueces de Macadamia. Estos frutos de color blanquecino son muy parecidos a las avellanas, pero se diferencian mucho en el sabor.

Las nueces de Macadamia se consideran las ‘reinas’ de las nueces, no solo por su precio elevado sino por su sabor cremoso muy especial y porque solo se pueden cultivar en climas tropicales como Nueva Zelanda, Sudáfrica, Brasil o Hawai, entre otros.

Estos pequeños frutos secos eran uno de los alimentos básicos de los aborígenes de Australia hace cientos de años, y tuvieron su segunda época dorada en el siglo XIX cuando fueron redescubiertos y comercializados de nuevo. Son especialmente beneficiosas para cuidar la salud cardiovascular.

Propiedades del aceite de Macadamia para la piel

Las nueces de Macadamia esconden un secreto de belleza en su interior: Están compuestas con ácidos grasos esenciales con muchísimos beneficios para nuestra piel.

El aceite de Macadamia es perfecto para pieles que necesiten una terapia intensiva de hidratación. Suaviza, hidrata y regenera la epidermis, por lo que también se conoce como un componente perfecto para retrasar el envejecimiento y mantener las arrugas a raya. Al ser un aceite vegetal, penetra muy fácilmente en la piel, devolviéndole elasticidad y dejando el rostro sedoso.

Además, también se conoce como un potente anti inflamatorio, capaz de cicatrizar algunas marcas o heridas que presente la piel. Su textura es menos untuosa que la del coco o la manteca de Karité y lo puedes aplicar en forma de mascarilla para la cara, sérum o incluso contorno de ojos.

Un ejemplo es el sérum Velvet Yam de Blithe, que combina el aceite de macadamia con la manteca de Karité, aceite de oliva, aceite de argán y mucina de caracol. Todo este mix de componentes forman el producto perfecto para proporcionar a la piel todos los nutrientes que necesita.

Aceite de Macadamia para el pelo

Quizás es su uso más conocido, ya que desde hace años lo hemos visto anunciado en numerosas marcas de champú, acondicionadores y mascarillas. Este aceite vegetal es ideal para nutrir el cuero cabelludo, que lo absorbe rápidamente, quedando totalmente hidratado en una sola aplicación.

Es muy recomendado sobre todo si tu cabello se ve dañado, sin fuerza y sin brillo. El aceite de macadamia se impregna en los folículos del pelo y lo fortalece gracias a los diferentes ácidos grasos y lípidos que contiene. En definitiva, conseguirás una melena más resistente, hidratada y en definitiva bonita gracias a este ingrediente natural.